Enero10.-La AgenciaEstatal de
Investigaciones (AEI) detuvo este lunes a Francisco Herrera Merino,presunto
responsable en la desaparición de las indígenas triquis Daniela y Virginia
Ortiz Ramírez, ocurrido el 5 de julio de 2007, confirmó la Procuraduría
General de Justicia del Estado (PGJE).
La detención se realizó en la
región Mixteca, en cumplimiento a la orden de aprehensión librada el 6 de
diciembre del año 2007, por el Juez Mixto de Santiago Juxtlahuaca. Durante la
detención de Francisco Herrera Merino, también fue capturado su hijo Héctor
Javier Herrera, en cumplimiento a una orden de aprehensión por el delito de
homicidio.
De acuerdo con el expediente
70/2007, el día 5 de julio de 2007, alrededor de las dos de la tarde, los
ciudadanos Miguel Ángel Velasco Álvarez, Francisco Herrera Merino, Timoteo
Alejandro Martínez, José Ramírez Flores, privaron ilegalmente de la libertad
a Daniela y Virginia Ortiz Ramírez, cuando salieron con dirección a la
agencia de Policía de Xinicuesta, San Martín Duraznos, Juxtlahuaca.
Virginia Ortiz Ramírez fungía como maestra e iba junto con su hermana Daniela por sus cosas a la citada comunidad, debido a que le habían dado su cambio para la población de Llano Nopal, Copala, Juxtlahuaca. Virginia comentó a su mamá que regresaban al día siguiente, cosa que no sucedió, ya que al marcar ésta al número celular de su hija, le contestó una persona que le dijo que no conocía a Daniela y Virginia. Al día siguiente, sus familiares salieron a preguntar a varias personas sobre el paradero de sus hijas en las terminales de los taxis y suburban, y al no tener éxito decidió dar parte a la autoridad ministerial refiriendo que sospechaba de los hoy inculpados, quienes pertenecen al Movimiento de Unificación de Lucha Triqui Independiente (MULT) y de la Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort), ya que dichas personas han tenido problemas políticos con los familiares de las víctimas. Por estos hechos, el pasado 19 de diciembre del año fue detenido Miguel Ángel Velasco Álvarez, a las 21:30 horas sobre la calle Vicente Guerrero, de esta ciudad de Oaxaca. |
Georgina Meneses
acompañó al músico argentino en el teatro Macedonio Alcalá
El concierto de Víctor Heredia en Oaxaca devino
denuncia por la desaparición de dos triquis en 2007
El cantautor, durante una de sus presentaciones
Agustín Galo Samario
Corresponsal
Periódico La
Jornada
Lunes 22 de marzo de 2010, p. a17
Lunes 22 de marzo de 2010, p. a17
Oaxaca, Oax., 21 de marzo. El concierto de Víctor Heredia realizado la noche del sábado en el
centenario teatro Macedonio Alcalá –lleno a reventar– fue un canto a la
memoria, al amor, a la tolerancia y a la libertad. Se mutó, dijo el compositor
argentino, en una denuncia concreta: que aparezcan, sanas y salvas –porque así
se las llevaron–, Daniela y Virginia, indígenas triquis desaparecidas en Oaxaca
en 2007.
El cantautor dijo al
público, que presenció un recorrido por 40 años de carrera, que en sus canciones se refleja mi espíritu; han
acompañado manifestaciones de personas que luchan por los derechos humanos, la
memoria, la libertad, y, aunque no lo puso en palabras, por el amor.
Por ahí empezó, con Ojos
de cielo, porque si
yo miro tus ojos tiernos/ se me borra el mundo con todo su infierno/ Se me
borra el mundo y descubro el cielo...
Siguió Bailando
con tu sombra (Alelí), balada
sobre la tortura de un hombre que ha sobrevivido 25 años en la cárcel por haber
asesinado a su pareja, la que lo
hacía soñar.
El cantautor argentino ha
dedicado su vida a la defensa de los derechos humanos y a la lucha por el
cambio en América Latina, muchas
veces en agonía.
Nacido en el barrio de
Montserrat de Buenos Aires, Argentina, Víctor Heredia afirmó que los órganos de
derechos humanos de las organizaciones de Naciones Unidas y de Estados
Americanos, así como las de los países latinoamericanos en general, si no han
fracasado, han hecho muy poco.
Son las organizaciones
independientes las que en realidad asumen la defensa de los pueblos de América
Laina de los abusos del poder, lo cual pareciera el pan de cada día,
precisamente cuando tenemos la enorme posibilidad de crecer y desarrollarnos
dentro de los cauces democráticos, comentó antes del concierto, en el que se
interpretaron piezas como un poema de Atahualpa Yupanqui, al que el pícaro no le puso música porque,
quizá, luego tendría que dar explicaciones, precisó el músico.
Cuando Heredia se tomó un
descanso, Georgina Meneses llegó al quite para cantarle a la diversidad, a dos
hombres, dos pajarillos en los campos que guardó el Señor, acaso para espanto
de dos señoras que abandonaron el teatro ante la mirada de la concurrencia.
Luego, de regreso, Víctor
y Georgina interpretaron Razón para vivir. Y ya en solitario, el argentino lanzó Dónde
el azul, Coraje y Dulce
Daniela.
Faltaba el final. Y otra
vez Víctor y Georgina interpretaron Todavía cantamos, porque “todavía esperamos por un día
distinto/ sin apremios ni ayuno, sin temor ni llanto/ porque vuelvan al nido
nuestros seres queridos…
Después subieron al
escenario para cantar junto Matilde Martínez González, así como Emelia, Adriana
y Marcela Ortiz García, primas de Daniela y Virginia Ortiz Ramírez, indígenas
triquis desaparecidas. Denunciaron que el gobierno de Ulises Ruiz no ha
investigado ese hecho.
Heredia, enterado del
movimiento que en 2006 dejó en Oaxaca más de una veintena de muertos y
desaparecidos, dijo que esos hechos suceden cuando los pueblos empiezan a
avanzar en sus expectativas colectivas y lesionan intereses egoístas de
personas que piensan que sólo sus bolsillos tienen que alimentarse.
En Argentina lo hemos
vivido trágicamente, de distintas dictaduras; la más feroz fue la de 1976. Creo
que estas crisis compartidas son las que nos unen, no por la felicidad, sino
por el espanto.
Cantó Víctor Heredia a la
esperanza de Oaxaca
|
to por Soledad
JARQUIN EDGAR
|
Lunes, 22 de Marzo de 2010 00:20
|
* Cómplice
con el público recordó los días aciagos y construyó un espacio a la
esperanza.
* Heredia cantó Todavía Cantamos, GEO Meneses recordó a las mujeres triquis desaparecidas
Víctor Heredia
cantó para Oaxaca e hizo cantar al público que asistió la noche del sábado al
teatro Macedonio Alcalá.
Una razón de
vivir, nombre del concierto y nombre de la famosa canción del canta autor
argentino, fue una noche inolvidable, donde el público y el cantante Víctor
Heredia se hicieron cómplices al recordar los días aciagos y al mismo
tiempo construyeron un espacio a la esperanza.
Invitado a
Oaxaca por Georgina Meneses Producciones, Víctor Heredia hizo un largo
recorrido por el tiempo musical de sus canciones, por su vida misma que ha
dejado en papel pautado, por los años difíciles de la dictadura que convirtió
en versos de esperanza, por las lecciones aprendidas y el dolor que tradujo
en libertad y nuevos sueños.
Ojos de Dios,
Marcas, Mara, Bailando con tu sombra (Alelí), Supongamos, El Adiós, Veinte
mil años Patria, Encuentro en Cajamarca, Taki Ongoy II, Tiernamente amigos,
cada canción una historia, cada historia miles de personas, como el
público que del otro lado del escenario lo acompañaba entusiasmado, le pedía
más canciones, le sugería algunos nombres al poeta cantante que sostenía
entre sus manos su guitarra eléctrica y la emoción, también eléctrica, que
recorría el majestuoso teatro.
Un homenaje a
La Negra
Víctor Heredia
hace una pausa, sublime momento para recordar a “La Negra” como cariñosamente
llama a Mercedes Sosa, quien partió apenas en 2009, “la memoria guarda y
preserva lo mejor y digo esto porque en mi memoria siempre voy a preservar a
esta compañera que se fue hace tan poquito tiempo que todavía se siente su
perfume en el aire”. El aplauso es unánime y de algún sitió una voz varonil
grito: “Negra te amamos”.
“Por eso quiero
rendirle un pequeño homenaje con esta canción que ella privilegió con su voz
y repartió por todo el mundo y rendirle homenaje a este afecto enorme con el
que me regaló también con su voz y su corazón la GEO Meneses, que es culpable
de que hoy esté aquí esta noche con ustedes”, añadió el cantante argentino.
Invocada La
Negra, Víctor Heredia y GEO Meneses cantaron a dúo desde un profundo rincón
de nostalgia, desde la hora exacta de la conciencia y el húmedo espacio de la
voz Razón de Vivir, que acompañaron varios cientos de personas desde sus
butacas, desde todos los rincones de un Macedonio Alcalá lleno de corazones emocionados
y por cuyo espacio no dejaba de circular la energía, “la buena vibra” como
dice el lugar común.
GEO Meneses
entró al escenario vestida con sus colores favoritos: los azules, marinos y
turquesas y los púrpuras que danzan con la luz del escenario para cantar la
historia de Juan y Pedro en Síndrome de Amor de Víctor Heredia; Aguacero de
Gerardo Peña; Samba para Olvidar de Facundo Ramírez y Luz de Luna
de Álvaro Carrillo.
La artista
oaxaqueña recorrió las historias de amor y mostró a través de los
versos de los compositores que el amor, más allá del concepto, más allá del
sentimiento, es elemento fundamental en la felicidad y en todas sus
contrapartes: Esa rara ilusión de volverse a tocar a pesar de la
angustia y del tiempo, los volvió a recorrer con perfume de mar y un aroma a
ramitos de incienso” (Síndrome de Amor) o “Mis manos ya son de barro, tanto
apretar al dolor. Y ahora que me falta el sol, no sé que venís buscando.
Llorando, mi amor, llorando, también, olvídame vos” (Samba para Olvidar).
Volvió Víctor
Heredia al escenario para cantar Ahora coraje, Bebe en mi canto, Amanecer
frente a tu casa, Dulce Daniela, Niños de plástico, Demasiado. Más historias
hechas canciones, más reflejos humanos, más fotografías de una sociedad y el
mismo efecto anterior, un público cantando con él, mirándose a ese espejo
poético de una realidad común en Latinoamérica.
Se iba, pero no
lo dejaron, Víctor llamó a GEO Meneses y cantaron Sobreviviendo junto con los
espectadores que como ellos finalmente invocaban la esperanza, la paz, la
justicia, el perdón pero no el olvido. La gente le pedía cantando Todavía.
Ahí, en el
escenario, GEO Meneses le contó a Víctor Heredia de las mujeres triquis,
“mujeres de piel de barro, de Virginia y Daniela, de 20 y 14 años de edad, desaparecidas
desde hace 30 meses y no sabemos nada y todavía cantamos”, detrás de ella
hilos de lana rojo la siguen, son cinco mujeres triquis, Alma, Emelia,
Adriana Ortiz García, Matilde Martínez González y Marcela Ortiz.
Detrás de
Víctor están ellas, en fila, con sus huipiles rojos de listones de colores y
les canta: “Todavía cantamos, todavía pedimos, todavía soñamos, todavía
esperamos, a pesar de los golpes que asestó en nuestras vidas el ingenio del
odio desterrando al olvido a nuestros seres queridos.
“Todavía
cantamos, todavía pedimos, todavía soñamos, todavía esperamos; que nos digan
adónde han escondido las flores que aromaron las calles persiguiendo un
destino ¿Dónde, dónde se han ido?”.
El teatro
Macedonio Alcalá, tuvo la noche del sábado uno de sus mejores momentos de sus
últimos cien años.
|
Todavía
cantamos...
Miércoles
24 de marzo de 2010
Por Soledad Jarquín Edgar
Hace 30 meses, en la zona ocupada por el pueblo Triqui en la
región de la Mixteca de Oaxaca, desaparecieron dos jóvenes: Virginia y su
hermana Daniela Ortiz Ramírez. La primera entonces de 20 años es maestra
bilingüe, la más pequeña estudiante de secundaria y tenía 14 años.
Desde el 5 de julio de 2007 nada se sabe de ellas, sólo rumores
que llenan de incertidumbre a Antonia Ramírez, su madre, así como a sus primas
Emelia y Adriana, quienes de forma valiente han dado seguimiento a la solicitud
de búsqueda que nunca inició ni realizó el gobierno que encabeza Ulises Ruiz
Ortiz.
El sábado 20 de marzo, en Oaxaca, se elevó un canto de esperanza
por Oaxaca misma y por las mujeres triquis en la voz del cantautor argentino
Víctor Heredia, quien llenó con sus palabras hechas poemas y sus poemas
convertidos en canciones el teatro Macedonio Alcalá.
Invitado a Oaxaca por Georgina Meneses Producciones, Víctor
Heredia hizo un largo recorrido por el tiempo musical de sus canciones, por su
vida misma que ha dejado en papel pautado, por los años difíciles de la
dictadura que convirtió en versos de esperanza, por las lecciones aprendidas
frente “a tantos muertos” y el dolor que tradujo en libertad y nuevos sueños.
Invitadas por la cantante oaxaqueña Geo Meneses, Alma, Emelia,
Adriana Ortiz García, Matilde Martínez González y Marcela Ortiz subieron al
escenario con sus vestidos de hilos de lana roja. Rojos como el color de la
sangre que se ha derramado de mujeres y hombres, derivado de un conflicto
interétnico que nadie atiende y que los gobiernos ignoran.
A ellas, Víctor Heredia les cantó: “Todavía cantamos, todavía
pedimos, todavía soñamos, todavía esperamos, a pesar de los golpes que asestó
en nuestras vidas el ingenio del odio desterrando al olvido a nuestros seres
queridos.
“Todavía cantamos, todavía pedimos, todavía soñamos, todavía
esperamos; que nos digan adónde han escondido las flores que aromaron las
calles persiguiendo un destino ¿Dónde, dónde se han ido?”.
Hace 30 meses, cuando desaparecieron Virginia y Daniela, su
familia pidió justicia ante las autoridades, porque se sabía quiénes estaban
involucrados en aquella desaparición forzada. El entonces procurador Evencio
Nicolás Martínez Ramírez hizo mutis y declaró –aún conservo la grabación- que
“no podía arriesgar a su gente” para buscar o investigar qué había sucedido a
las dos mujeres, pues temía que asesinaran a sus policías. Hoy ese funcionario
inoperante es el Secretario General de Gobierno.
Estos 30 meses equivalen a más o menos 900 días de angustiosa
espera, 21 mil 600 horas de incertidumbre, cerca de un millón 300 mil minutos
de dolor profundo que nada calma, que por el contrario se hace más grande
frente a la impunidad que propicia el olvido, sobre todo el olvido del Estado.
La misma suerte de injusticia e impunidad han corrido las
locutoras Teresa Bautista y Felícitas Martínez de la Voz que Rompe el Silencio,
asesinadas de manera cobarde un 7 de abril de 2008, es decir hace casi dos
años. Ellas también eran triquis y vivían en el municipio de San Juan Copala.
A diferencia del primer caso, el de las muy jóvenes locutoras fue
atraído por la Procuraduría General de la República, que al igual que la
fiscalía de Oaxaca nada han hecho para castigar a los asesinos.
¿Por qué razón estos casos no han sido aclarados? Y volvemos a esa
vieja conclusión feminista que señala que la discriminación es un problema real
por ser mujeres, por ser indígenas y por si fuera poco tienen el agravante de
la pobreza. Y esas son las razones y no el conflicto político que vive la zona,
donde cuatro grupos políticos se disputan el control territorial y el poder de
unos sobre otros, lo que deja a las mujeres en condición de vulnerabilidad y
son, como se ha documentado, “trofeos” en una guerra interétnica, que las
autoridades local y nacional prefieren ignorar. Porque a quién le interesa que
a las triquis –mujeres, indígenas y pobres- las violen, las despojen de sus
propiedades y las obliguen a vivir lejos, muy lejos de sus pueblos y familias.
Sólo en la comunidad de El Rastrojo hay unos 50 huérfanos y una
cifra similar de niñas y niños que viven con los abuelos y abuelas, con tíos y
tías o con los vecinos cuando éstos pueden hacerse cargo de ellos, ya que sus
padres y madres han tenido que salir para evitar ser asesinados.
Ulises Ruiz no es el único responsable por omitir la violencia en
la zona triqui, pero es sin duda el más responsable por no emprender políticas
encaminadas a resolver el problema de marginación en que viven esas comunidades
habitadas por ese grupo étnico. El otro responsable, Felipe Calderón está
ocupado en justificar la otra violencia.
Por eso, el canto de Víctor Heredia llenó de esperanza el suelo de
Oaxaca, donde a pesar de todo, “Todavía cantamos"…
HISTORIAS
DEL CIELO Y EL INFIERNO
HISTORIAS,
CRÓNICAS, REFLEXIONES, APUNTES Y PERIODISMO
MARTES, 4 DE
MAYO DE 2010
La historia detrás de Copala
Las
historias que llamo “del subsuelo” por lo general no sólo tienen diversas
lecturas, sino distintos niveles de profundidad. En la mayoría de los casos (en
particular las que se refieren a organizaciones sociales), tienen momentos
emblemáticos que pasan desapercibidos en la información pública.
Este
es el caso de la emboscada de San Juan Copala, población que el Movimiento
Unificado por la Lucha Triqui Independiente declaró como municipio
independiente, durante la efervescencia de las movilizaciones de la Asamblea
Popular de los Pueblos de Oaxaca.
Creo
que el momento que se está perdiendo de vista es la alianza que el MULTI
realizó por casi tres años, con la Ubisort.
Para
entender Copala, explican algunos testigos privilegiados de los hechos, es
necesario remontarse no sólo a la creación de la organización que ha sido
acusada de paramilitar Ubisort (Unidad por el Bienestar Social de la Región
Triqui), sino a la formación del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui
(MULT) y la posterior escisión del MULTI (Movimiento de Unificación y Lucha
Independiente).
El
MULTI es una escisión del MULT, la cual se dio dentro del fervor del movimiento
magisterial y social de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca.
LAS
RAZONES DEL MULTI.
De
acuerdo con el MULTI, la escisión de presentó entre otras cosas, debido a la
falta de disponibilidad de los líderes del MULT de democratizar los procesos de
toma de decisiones. También porque el MULT, en 2004, decidió entrarle a la vía
electoral.
De
acuerdo con Miguel
Ángel Granados Chapa, en ese momento se creó el Partido Unión Popular, que consiguió
una importante presencia en la zona. Lo encabezó Héctor Sánchez (ex senador
perredista) que se inconformó con la decisión de su partido de coaligarse con
el PAN Acción Nacional y Convergencia para sostener la candidatura de Gabino
Cué.
Sánchez
presentó la suya propia, por el PUP, “que gozó del apoyo del gobierno de José
Murat”.
El
partido de Héctor Sánchez fue la canica en la balanza que permitió a Ulises
Ruiz llegar al poder, y que propició que Gabino Cué perdiera la gubernatura.
Héctor
Sánchez también es tío de la Ruth, la joven que presuntamente delató a los
líderes del ERPI, Jacobo y Gloria (ver: "Víctima,
topo o lesbiana. Los pasos oscuros de Ruth").
Sin
embargo, para varias personas cercanas al proceso de pacificación que
actualmente viven el MULT y el MULTI, la gota que derramó el vaso y propició la
escisión del MULTI fue un problema de índole familiar, mas que político.
LA
ALIANZA FUNESTA .
Como
una organización nueva, enclavada en una de las regiones más difíciles de
Oaxaca, el MULTI tomó la decisión de aliarse con la UBISORT, organización que
desde su creación en 1994, ha sido de corte paramilitar.
A
pesar de esta alianza, el MULTI tuvo la fortuna de salir a la luz en la
coyuntura de las movilizaciones de la Asamblea Popular de los Pueblos de
Oaxaca, por lo que inmediatamente fue cobijada por las organizaciones más
afines a la Otra Campaña. De hecho parte de la dinámica de medios, de discurso
del MULTI son afines y complementarias del espíritu que tiene el zapatismo. Su
forma de organización es más horizontal.
En
cambio, el MULT no formó parte de la APPO, aunque sus miembros simpatizaban con
el movimiento magisterial de 2006 y algunos participaron de forma más o menos
individual.
La
diferencia entre MULT y MULTI propició que el grueso de las organizaciones
sociales apoyaran de forma contundente el caso del MULTI, mientras que el MULT
fue incluso vilipendiado. Algunos miembros de la APPO lo veía como un brazo más
de la política partidista.
Fue en este contexto, cuando en enero de 2007, los habitantes de San Juan Copala (tanto del MULTI como de la UBISORT) decidieron declarar su población como municipio autónomo. (Cabe recordar que San Juan Copala, formalmente, pertenecería al municipio de Juxtlahuaca.)
LOS AÑOS DE LA MATANZA.
Fue en este contexto, cuando en enero de 2007, los habitantes de San Juan Copala (tanto del MULTI como de la UBISORT) decidieron declarar su población como municipio autónomo. (Cabe recordar que San Juan Copala, formalmente, pertenecería al municipio de Juxtlahuaca.)
LOS AÑOS DE LA MATANZA.
Los
años que siguieron, fueron difíciles para el MULTI, pero también para el MULT.
Por ejemplo, el 5 de julio del año 2007 desaparecieron Virginia Ortiz Ramírez (de 20 años), profesora de educación primaria bilingüe, y su hermana Daniela Ortiz Ramírez (14 años) estudiante de secundaria.
Por ejemplo, el 5 de julio del año 2007 desaparecieron Virginia Ortiz Ramírez (de 20 años), profesora de educación primaria bilingüe, y su hermana Daniela Ortiz Ramírez (14 años) estudiante de secundaria.
Ellas
eran originarias de la comunidad de el Rastrojo Cópala, Juxtlahuaca, y
pertenecían al MULT.
Antonia Ramírez y Emelia Ortiz, madre y prima de Virginia y Daniela han declarado que en los problemas de hombres no se debe atacar a las mujeres; que son ellos quienes deben solucionar sus conflictos. “Pero la terrible realidad es que las mujeres somos percibidas, culturalmente, como un objeto muy valioso del contrario y es sobre nosotras donde recae la violencia estratégica y cotidianamente. Somos las mujeres el famoso ‘botín de guerra’”.
Antonia Ramírez y Emelia Ortiz, madre y prima de Virginia y Daniela han declarado que en los problemas de hombres no se debe atacar a las mujeres; que son ellos quienes deben solucionar sus conflictos. “Pero la terrible realidad es que las mujeres somos percibidas, culturalmente, como un objeto muy valioso del contrario y es sobre nosotras donde recae la violencia estratégica y cotidianamente. Somos las mujeres el famoso ‘botín de guerra’”.
Diez
meses después, el 7 de abril de 2008, fueron asesinadas Felícitas Martínez (21
años) y Teresa Bautista (24), quienes trabajaban en la estación de radio
comunitaria, La voz que rompe el silencio, en San Juan Copala.
El
caso de Felícitas y Teresa dio la vuelta al mundo. Pero en los medios no
trascendió la desaparición de Virginia y Daniela.
LA
PACIFICACIÓN.
En
2008, Serapaz decidió entrar a colaborar en el proceso de pacificación de la
zona triqui y en particular entre el MULT y el MULTI.
Para
ello, el MULT exigió –y no estaba sujeto a negociación-- que el MULTI se
deslindara de la UBISORT.
En septiembre, aproximadamente, de acuerdo a personas cercanas al proceso de pacificación, el MULTI rompió formalmente con la UBISORT.
En septiembre, aproximadamente, de acuerdo a personas cercanas al proceso de pacificación, el MULTI rompió formalmente con la UBISORT.
De
inmediato comenzaron las hostilidades en el municipio independiente de San Juan
Copala, conformado tanto por miembros del MULTI como de la UBISORT.
En
diciembre pasado las hostilidades se agravaron, y fue cuando varias
organizaciones se pusieron como tarea “romper el cerco” que rodeaba a San Juan
Copala.
Organizaciones
cercanas a La Otra Campaña, como Vocal y Cactus, junto con organizaciones de
derechos humanos, impulsaron la caravana que el pasado 27 de Abril, salió de la
Ciudad de Huajuapan de León, en el Estado de Oaxaca, rumbo al Municipio
Autónomo San Juan Copala.
La
Ubisort "advirtió" que no permitiría que la caravana llegara a San
Juan Copala. Esta organización no está compuesta por paramilitares de juguete.
Tiran a matar. La caravana fue cobardemente emboscada
Preocupa la violencia en San Juan Copala: CDDHO
El
presidente de la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos de Oaxaca
(CDDHO), Heriberto Antonio García, expresó su preocupación por la violencia que
se registra principalmente en el autonombrado municipio autónomo de San Juan
Copala, donde el jueves pasado fue asesinado, Timoteo Alejandro Ramírez, uno de
los líderes del Movimiento Unificador de Lucha Triqui Independiente (MULTI) y
su esposa, Cleriberta Castro.
El
ombudsman oaxaqueño recordó que desde el 8 de julio del 2009 la CDDHO emitió
una recomendación para la Secretaría de Seguridad Pública del Estado por la
violación a los derechos humanos, a la legalidad y seguridad jurídica al no
ejecutar las órdenes de aprehensión en contra de Timoteo Alejandro Martínez y
otras tres personas más, a quienes en su momento se les acusó del secuestro de
Virginia y Daniela Ortiz Ramírez, en julio del 2007, según la causa penal
70/2007.
Fuentes
oficiales reportan que el asesinato de la pareja ocurrió alrededor de las 18:00
horas del jueves. La autopsia revela que Timoteo tenía tres lesiones de
machete en la mandíbula, el dedo pulgar de la mano derecha y en el antebrazo
izquierdo, así como dos disparos con un arma calibre 9 milímetros, uno en el
hombro y otro en la cabeza. Su esposa sólo tenía un disparo en la cabeza.
Emelia
Ortiz, quien tras la desaparición de sus primas Daniela y Virginia Ortiz
Ramírez, en julio del 2007, responsabilizó a Timoteo Alejandro, dijo que estos
hechos de violencia son un ejemplo de que “vivir en la zona Triqui es muy
complicado porque hay un riesgo de ser asesinada o violada”.
Considera
que la mayoría de los casos de violencia no llegan a integrarse en un
expediente penal porque “no hay justicia, es una burla para quienes intentan
denunciar, constantemente hay emboscadas, y no es tan fácil que entren
las autoridades porque dicen que no pueden arriesgar a su gente”.
El
dolor de que le asesinaran a dos hermanos y a una hermana -ella supuestamente ahogada en un
arroyo- hizo que Emilia lamentara la muerte de Timoteo y su esposa, quienes
hasta el 2006 pertenecieron al Movimiento Unificador de Lucha Triqui (una de
las tres organizaciones que tiene presencia en la zona), para después
integrarse al MULTI.
PRIVA
IMPUNIDAD
Obtener
la versión exacta del asesinato, “es muy difícil” porque se puede creer que
“fue una división entre ellos, es difícil que entren otras personas extrañas a
la comunidad; como ellos manejan la política se acusan unos a otros y eso es
natural, es muy lamentable lo que está pasando, sobre todos con sus hijos;
nosotros no les deseamos eso porque lo hemos vivido en carne propia”, dijo
Emelia.
Jorge
Albino, vocero de derechos humanos de San Juan Copala, admitió que Timoteo
Alejandro “sí estuvo acusado de haber secuestrado a las dos hermanas (Daniela y
Virginia), sin embargo él se ofreció a las pruebas, y lo que sí podemos decir
es que él no tuvo nada que ver en el asunto y aún así fue acusado”.
Jorge
Albino y Emelia Ortiz coinciden en que son muchos los delitos que en la zona
triqui están impunes porque las autoridades manejan un discurso político de que
las investigaciones se están realizando pero los hechos demuestran el
desinterés oficial.
Sobre
el asesinato de Timoteo y su esposa Cleriberta, Jorge Albino consideró que fue
un crimen de Estado porque él “era uno de los impulsores de la autonomía de la
región” y de los derechos indígenas en Oaxaca.
“Fue
atacado en su domicilio (en Yosoyuxi) por un grupo armado. Los testigos dicen
que si vieron a los que atacaron pero no los reconocieron. No son triquis. Son
gentes mestizas, ese grupo se hizo pasar como vendedores de maíz y parece ser
que cuando Timoteo estaba a punto de pagarles lo del maíz fue cuando fue
atacado él y su esposa”.
CCIODH
HACE LLAMADO
Ante
la ola de violencia creciente en la zona triqui, la Comisión Civil Internacional
de Observación por los Derechos Humanos (CCIODH) manifestó su preocupación en
un boletín fechado el 22 de mayo y alertó que esta escalada de violencia pueda
recrudecerse en el contexto actual electoral.
Señala
que existe un patrón de conducta reiterado por parte de las autoridades
mexicanas quienes han negado “en diferentes escenarios y situaciones” la
existencia de grupos paramilitares, y reiterado que las agresiones y los
asesinatos obedecen a conflictos intracomunitarios donde el Estado sólo
interviene para garantizar la paz y el orden social.
Afirmaciones
que contrastan con la realidad, afirma el comunicado toda vez que pese a los
casos documentados de violencia y asesinatos en la región permanece la
impunidad ya que ninguno ha sido investigado, mucho menos juzgado lo que hace
que “se permita y potencie la actividad paramilitar como forma de división,
agresión y contención de las causas justas y legítimas de las organizaciones
sociales y comunidades indígenas”.
La
CCIODH expresó su preocupación y se comprometió a seguir de cerca la evolución
de los acontecimientos, al tiempo que hizo un llamado a la sociedad civil a
estar atenta para responder ante posibles nuevas agresiones, así como a sumar
esfuerzos que permitan una solución justa y duradera al conflicto en la región
triqui.
Nadia
Altamirano Díaz
Oaxaca, México, 25 de mayo de 2010.
Claman
justicia a tres años de la desaparición de Virginia y Daniela
Publicado
por @Shinji_Harper el Viernes, 2 julio 2010
De la REDACCIÓN
Oaxaca,
México.- A tres años de la desaparición de las indígenas triquis
Daniela y Virginia Ortiz Ramírez, sus familiares reclaman que las autoridades
judiciales den atención a su caso, el cual permanece en el olvido.
A LOS MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN.
A LAS ORGANIZACIONES DE DERECHOS HUMANOS NO GUBERNAMENTALES.
A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
A LA OPINION PÚBLICA.
Virginia y Daniela de apellidos Ortiz
Ramírez, mujeres combativas en la lucha democrática de la Nación Triqui, fueron
desaparecidas desde el 5 de julio del 2007, cuando viajaban de El Rastrojo a
San Marcos Xinicuesta, Tecomaxtlahuaca, en la región mixteca, estado de Oaxaca.
Quienes las desaparecieron cumplieron con seguridad la orden del circo macabro
del capital, para saciar su perversidad criminal y hacernos sufrir aun mas con
su desaparición forzada.
El Estado Mexicano no se conforma con
matarnos de hambre y fomentar la explotación desmedida de nuestras vidas y de
nuestros recursos naturales, ahora vienen desapareciendo a nuestras hermanas y
enlutando desde siempre nuestros hogares triquis.
Desde esa fecha de la desaparición de
nuestras compañeras hasta ahora las autoridades encargadas de impartir justicia
desde sus cómodos sillones solo se han dedicado a darle vueltas al problema y
se escudan diciendo que “están
investigando” cuando en realidad nada les importa porque no somos ricos, ni
pertenecemos a la clase política, ni somos candidatos a nada. Cada que llegamos
a sus lujosas oficinas nos miran indiferentes con desprecio y buscan cualquier
pretexto para que nos alejemos de ellos, con sonrisas retadoras, se burlan de
nuestra desgracia.
Hemos aprendido de nuestro dolor que
solo el camino de la lucha del pueblo hará entender tarde o temprano a los
zánganos de la burocracia justiciera, se olvidan de la obligación que tienen de
resolver los asuntos de justicia en el marco que lo establece nuestra constitución,
pero no, ellos también pisotean nuestra carta magna y la estiran como si fuera
chicle a su conveniencia y viendo quien trae más dinero o es más influyente
para que así lo atiendan. Señores, como pesan los centavos y las influencias a
la hora de hacer justicia.
Vamos a seguir en nuestra lucha de
exigencia de la presentación con vida de Daniela y Virginia hasta las últimas
consecuencias, le pese a quien le pese, porque si ellas no están no estamos
todas.
Les estamos Exigiendo a los
“señores” de la justicia una vez mas que nuestras hermanas
deben de aparecer con vida, tenemos fe y esperanza en que así será y ustedes en
lugar de cuidar su cargo con fines electores y personales hagan su papel de
servir a la ciudadanía, cumpliendo con su obligación de hacer justicia de lo
CONTRARIO RENUNCIEN POR INCOMPETENTES.
A la prensa, radio y televisión
ayúdennos a difundir nuestro pesar y la esperanza de encontrarlas vivas. A
todas las organizaciones sociales y democráticas hagan suya nuestra lucha y
legitima demanda – hoy por nosotras mañana por ustedes,- porque la solidaridad
entre nosotros ni se compra ni se regatea, y porque los dueños del poder del
dinero, jamás aceptaran que la lucha democrática y popular avance.
Fraternalmente
Familiares de Virginia y Daniela Ortiz
Ramírez
¡¡¡Si no están ellas…… No estamos
todas!!!
§ Tres años de silencio institucional.-Sin investigación: la autoridad
otorga pasaportes de impunidad.
Tres años
desaparecidas
Soledad Jarquín
Oaxaca.- El lunes 5 de julio, cuando la efervescencia política tome otro
rumbo, se hagan los recuentos, se celebren los triunfos o se anuncien fraudes
electorales; cuando no haya nadie despierto aún del somnífero letal del mundial
de futbol, en una casa de El Rastrojo, Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca, Antonia
Ramírez hará su propio recuento por la pesada ausencia de sus hijas: Virginia y
Daniela Ortiz Ramírez.
El 5 de julio de 2010
se cumplirán tres años desde que salieron de su casa para, de acuerdo a los
planes, regresar al tercer día, pero el destino fue otro. Ellas, Virginia y
Daniela se convirtieron en dos heridas que laceran a una familia, a una etnia,
a una sociedad cuando no volvieron a casa y nadie investigó los hechos.
Frente a la nada, la
familia, la etnia y la sociedad se preguntan y buscan respuestas. El dolor
corre entre las palabras de Antonia que se esfuerza por no enmudecer frente al
silencio de las autoridades. El sistema no escucha la demanda de justicia, no
ve el sufrimiento de una familia e ignora el reclamo social. La inacción de las
autoridades para investigar y detener a los responsables hiere tanto como el
acto mismo que cometieron quienes atentaron contra la libertad y tal vez contra
la vida de las dos jóvenes.
Durante los últimos
mil 95 días, Antonia Ramírez, madre de Virginia y Daniela, da muestras de su
valentía y coraje para enfrentar a las autoridades que prometieron investigar
los hechos y que después, bajo el argumento de un conflicto político-social,
archivaron la denuncia.
Su silencio es una
apuesta al agotamiento, al olvido por el paso del tiempo. Pero la conciencia
social se mantiene y crece sobre los escombros de un sistema que, contrario a
lo que piensa, se desmorona, pierde poder.
La impunidad en la
que vagan los delincuentes que cometieron el aberrante delito de desaparecer a
las hermanas Ortiz Ramírez, es un caldo maloliente, descompuesto, procurado por
el dejar pasar y dejar hacer, por el abandono, la miseria, el olvido que a
cuenta gotas cae sobre los campos de la zona mixteca que ocupa el divido pueblo
triqui.
Es el mismo caldo
donde hoy se sostiene la autoridad inactiva, incapaz de responder, de
investigar, de encontrar a las dos jóvenes triquis que en 2007, cuando fueron
desaparecidas, tenían 20 y 14 años de edad; una maestra bilingüe, la otra
estudiante de secundaria; las dos hermanas e hijas, con sueños y construyendo
su futuro. Su desaparición y la herida que dejaron, son la muestra exacta de
que la vida de las mujeres carece de valor, se les puede insultar y golpear, se
les puede desaparecer y asesinar.
Es la misma sustancia
que permite concluir un caso, sin empezar a investigarlo, como sucedió el 18 de
enero 2008, cuando la Procuraduría estatal cierra el caso; Daniela y Virginia
se convierten en números, se convierten en parte de la suma de atrocidades que
durante décadas se han cometido contra las mujeres triquis, las desoídas
mujeres de huipil rojo de algodón inmersas en una confrontación política,
social o económica que las convierte en botín de guerra, una confrontación que
no se entiende ni desde afuera ni desde adentro de la pequeña nación Triqui.
El cuerpo de las
mujeres como botín de guerra, es quizá esa y no otras las sin-razones empleadas
por grupos confrontados en guerras civiles, como pasó en Sudán, Colombia, Irak,
Rwanda, Perú, Croacia o Bosnia. Como pasó en Argentina, Chile, Bolivia y Brasil
durante las dictaduras militares. Son miles y miles los casos de violencia
extrema, de violencia feminicida, donde no sólo se castiga a quien no tiene
poder sino también se “deshonra” al vencido. El cuerpo de las mujeres de los
enemigos, se convierte en la zona de venganza, pues al ser su propiedad se les
humilla.
Fueron estas las
sin-razones que emplearon los militares que en 1979 violaron a 14 mujeres
triquis y que siguieron cometiendo atropellos, la misma que utilizaron las
fuerzas policiacas y paramilitares con mujeres en Loxicha en 1997 y antes y
después en zonas indígenas de Chiapas y Guerrero.
Esta sin-razón es la
misma que siguen empleando los militares que hoy están en las calles de todo el
país y que han cometido atrocidades de violencia sexual como sucedió en
Castaños, Coahuila, en la sierra Zongolica, Veracruz, o en poblaciones de
Michoacán, o como lo hizo la policía en Atenco, Estado de México, y en el
Distrito Federal.
En todos estos
lugares siempre hubo víctimas, pero nunca victimarios visibles que pudieran ser
castigados. De esta forma, a cada uno de los militares, policías o
paramilitares, la autoridad les da un pasaporte de impunidad, que imitan otros
grupos de poder o los solitarios esposos a lo largo y ancho de esta nación,
como sucede en Ciudad Juárez o en Oaxaca.
Las huellas no
visibles de la violencia patriarcal quedan. Ahí están las mujeres de Castaños,
Coahuila, violentadas sexualmente por un grupo de militares tratando de
reconstruirse solas, tras ese intento de justicia o justicia a medias que el
Estado dio a sólo una tercera parte de los militares que violaron a 14 mujeres.
Son esas, las huellas
invisibles de la impunidad las que ahora marcan a la familia Ortiz Ramírez, a
la etnia triqui y a la sociedad oaxaqueña. La falta de justicia ha cobrado más
víctimas inocentes, como las propias locutoras de radio Copala, “La voz que
rompe el silencio”, Teresa Bautista y Felícitas Martínez, asesinadas en abril
de 2008 y cuyas investigaciones también están en el limbo judicial.
La impunidad es el
permiso, la llave para seguir cometiendo actos de violencia extrema contra las
mujeres triquis y los hombres sin poder; sin castigo, los asesinos, violadores,
torturadores reciben una concesión que las instituciones otorgan, cuando sobre
la vida de las mujeres se anteponen los intereses de grupos políticos y hasta
económicos.
La historia de
Daniela y Virginia es clara. Existe un expediente. Hay testigos que vieron
cuando fueron llevadas, amordazadas y con pistolas apuntándoles sobre sus
cuerpos, hay nombres de los presuntos responsables. Alejandro Timoteo,
asesinado este año, estaba entre los victimarios. Este 5 de julio de 2010,
Antonia cumplirá mil 95 días de haber perdido el apetito y el sueño, son tres
años desde que perdió la sonrisa y mantiene en vilo la esperanza de recibir
algo de sus hijas Virginia y Daniela.
Daniela
y Virginia, tres años de impunidad
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Soledad Jarquín Edgar |
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En este agosto, en la soledad de su casa, Antonia Ramírez, madre de
Daniela y Virginia, espera por ellas como siempre lo hace y esperó este mes
tenerlas en casa para celebrar sus cumpleaños, para abrazarlas.
Daniela nació un 14 de agosto de 1992 y habría cumplido 18 años;
Virginia nació en 1986 un 15 de agosto, en 2010 tendría 24 años. Sin embargo,
no hay certeza, ambas están desaparecidas desde el 5 de julio de 2007.
Este agosto, como el resto del año, la violencia sigue penetrando con
sus balas los cuerpos de las mujeres y hombres, desde la infancia hasta la
vejez, en la región triqui. La noticia se ha vuelto cotidiana y empieza a
sufrir un efecto invisible para lo que ya era invisible.
Tratar de describir lo que vive Antonia desde la ausencia forzada de
sus hijas en la mixteca oaxaqueña, es una tarea difícil, no hay palabras
posibles para narrar el dolor interno de Antonia que todos los días sostiene
la esperanza de que ellas volverán y al mismo tiempo sabe que quizá eso no
suceda nunca.
Pero es aún más difícil entender las razones, si es que existieran, de
la autoridad que se paraliza frente a un hecho como este. ¿Cuáles son esas
razones? No las hay, pero una puede hacer sus propias conjeturas:
Ellas, Daniela y Virginia, se apellidan Ortiz Ramírez. Son indígenas triquis. Pobres y, por si fuera poco, son mujeres. Razones suficientes para el patriarcado que se piensa supremo y que ignora a estas mujeres. Esa y no otra fue la “razón” por lo que estas jóvenes y su familia no tuvieron ninguna respuesta de quienes han estado al frente de lo que se llama procuración de justicia, es más, han ignorado el caso desde su inicio un 5 de julio de 2007.
La voz de Antonia no alcanzó ni siquiera al entonces procurador (quien
la oyó pero no la escuchó ¿en qué piensan los funcionarios como Evencio
cuando la gente les habla?).
Tampoco tuvo eco entre los círculos cercanos a “la burbuja” de la
política local, porque para ellos “en la triqui siempre se están matando, su
problema es ancestral” (vergonzosa declaración, repetida mil veces).
Y por si todo esto fuera poco, la voz de Antonia Ramírez no alcanzó a
atravesar la enorme distancia que hay entre el pueblo y quien vive en Los
Pinos: Felipe Calderón.
LAS ABISMALES DIFERENCIAS
Las amigas y amigos oaxaqueños de Margarita Zavala, quienes aseguran
se reúnen con esa “bonita” familia en eventos sociales y hasta son invitadas
a actos políticos, no pudieron comentar el caso, porque tampoco se enteraron
de que en Oaxaca dos jóvenes indígenas estaban desaparecidas. El
individua-lismo impera siempre, el para qué meterse, paraliza y empaña la
imaginación.
La voz de Antonia Ramírez no era la voz de Alejandro Martí, el
empresario a quién lamentablemente --en agosto de 2008-- le habían
secuestrado y asesinado a su hijo Fernando, casi un año después de la
desaparición de Virginia y Daniela. Por tanto, Antonia no tuvo la capacidad
para hacer posible una reunión del Consejo Nacional de Seguridad.
SI NO PUEDEN RENUNCIEN
Antonia no pudo decirle a Evencio Nicolás Martínez Ramírez, a todo el
gabinete de seguridad, a los diputados locales, federales y a los senadores
por Oaxaca y menos a Ulises Ruiz, lo que sí pudo hacer Alejandro Martí, quien
aseveró frente a Felipe Calderón: "Si no pueden renuncien, pero no
sigamos usando las oficinas de gobierno, no sigan recibiendo un sueldo por no
hacer nada porque eso también es corrupción", aquel muy comentado 21 de
agosto de 2008.
Entonces el propio Martí aseguró que el dolor y la muerte de su hijo
le daban el honor de poderse expresar “a nombre de todos aquellos que han
sufrido una pena como yo”, entre los otros y las otras personas seguramente
debía estar el nombre de Antonia Ramírez, la mujer triqui que desde un año
antes (hoy son 37 meses después) había estado demando justicia, había dado
santo y seña sobre quiénes habían cometido la desaparición forzada de sus hijas.
Porque a diferencia de Fernando Martí, en el caso de Daniela y Virginia no
pidieron rescate.
Pero al igual que en el caso de Fernando Martí, en la desaparición de
Daniela y Virginia estaban involucrado delincuen-tes de “altos vuelos” o como
decía mi abuela Lucha “pájaros de cuenta” y es cuando volvemos al sitio
inicial: la procuración de justicia en Oaxaca, en esta entidad más que en
ninguna otra parte del país, es algo que se negocia, se compra o se vende.
José Ramírez y Francisco Herrera, por ejemplo, habían sido detenidos
anteriormente por portación ilegal de armas. La organización a la que
pertenecía --Ubisort-- negoció con las autoridades, el resultado es que
fueron puestos en libertad en muy poco tiempo. Para eso sirven algunos
líderes.
Un año antes de la desaparición de Virginia y Daniela, una niña de
apenas 13 años fue violada tumultuariamente. Entre los agresores estaba
Alejandro Timoteo (éste último fue asesinado junto con su esposa este año).
Las tres personas antes referidas fueron señaladas por un testigo como tres
de los cuatro hombres que se llevaron a Virginia y Daniela.
INDIFERENCIA DE
AUTORIDADES
Esa es la razón por la que no se puede entender por qué “las
autoridades” no hacen nada. Permanecen impávidas viendo el recuento de las
agresiones que ha dejado varias docenas de víctimas, como si esa zona
habitada por el grupo étnico triqui no perteneciera al mapa oaxaqueño, esas
llamadas autoridades han omitido a ese pueblo dividido y confrontado, han
ignorado lo que ahí pasa con los más pobres y con las mujeres, convertidas en
muros de contención contra las balas y en botín de guerra entre los grupos
que se disputan el pequeño poder.
Como si no fuera suficiente, Adela, agredida el 30 de julio de 2010,
tendrá que pasar el resto de sus días en una silla de ruedas y sin la mínima
expresión de calidad de vida que le favorezca en su nueva condición. Eso no
existe.
Todavía esta semana una nueva emboscada dejó otras tres víctimas
mortales y dos heridos, todos varones, pero la cuenta de viudas y huérfanos
ya no tiene fin ni límite en esa zona marginada de Oaxaca, donde los tres
grupos políticos MUTL, Ubisort y MULTI se acusan mutuamente, todo depende de
qué lado sea la víctima.
La última emboscada señalan en la agencia de San Juan Copala (muni-cipio
autónomo) es responsabilidad de MULT.
La muerte de las locutoras Teresa Bautista y Felícitas Martínez se
atribuyó a Ubisort. La violación de la menor de 13 años, el balazo que dejó
semiparalizada a Sofía se responsabilizó a Ubisort-MULTI, de la desaparición
de Virginia y Daniela se dice que los responsables fue gente de MULTI-Ubisort
y así sucesivamente por todos los tiempos.
Todos se acusan mutuamente de tener grupos paramilitares, de interrumpir la paz con emboscadas y balaceras a cualquier hora y por cualquier motivo. Todos afirman que hay grupos paramilitares y todos acusan al gobierno estatal.
Hay parálisis de las autoridades, en especial de quienes tienen la
responsabilidad de investigar los hechos, la cruenta venganza entre Abel y
Caín, azuzados por el interés ajeno.
Así para Antonia han pasado 37 meses de espera, tiempo en el que se
han sumado nuevas víctimas de violación, nuevas víctimas de las balas que
terminan con la vida, victimas de abandono de toda clase de abandonos,
víctimas de orfandad y de tristeza que muerde y carcome su existencia
abandonada entre las inhóspitas tierras mixtecas donde se asentó la etnia
triqui.
Parte de ese sistema patriarcal que olvida son algunas y algunos
funcionarios. En esta administración que termina, la actual procuradora María
de la Luz Candelaria Chiñas, tiene todos los años, entró con Patricia
Villanueva Abrajam, la dejó Rosa Lizbeth Caña Cadeza, permaneció el oscuro
Evencio Nicolás Martínez Ramírez --ahora secretario general de Gobierno-- y
finalmente la hicieron Procuradora.
Pero la señora Candelaria Chiñas (como parte de la política de Estado)
y como su antecesor invisibilizaron a la etnia triqui; para ellos siempre
hubo otros asuntos más importantes que atender.
Por eso no encuentro ninguna razón para que el próximo gobierno sostenga, como se ha dicho entre la gente cercana, un año o más a María de la Luz Candelaria Chiñas en la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Ella, más que los otros, ha ignorado los hechos, no ha cumplido su
deber, de ahí que no haya tenido ni siquiera cinco minutos para la familia de
Virginia y Daniela en los meses que lleva al frente, porque tal vez no tiene
nada que explicar porque nunca investigaron los hechos, porque Evencio
Nicolás Martínez Ramírez cerró el caso, en enero de 2008, cuando un rumor
señaló que ambas mujeres habían sido asesinadas.
¿Y los cuerpos? ¿Los responsables? ¿La justicia? Eso sí, como decía
Alejandro Martí, siguen cobrando su sueldo y ocupando una oficina que no
sirve para nada.
El lazo profundo entre Gabino Cué y María de la Luz Candelaria Chiñas
está en el pasado inmediato de ambos, cuando uno fue Presidente municipal de
Oaxaca de Juárez y la otra directora del DIF Municipal.
Y, por cierto, sigue el PAN, la derecha, sigue disponiendo en las
tareas previas del gobierno que prepara Gabino Cué y qué pensará de esto la
supuesta izquierda o de verdad como se ha dicho la izquierda se volvió
diestra.
(*) Soledad Jarquín Edgar es Premio Nacional de Periodismo 2007 en la
categoría de Noticia y corresponsal de CIMAC (Comunicación e Información de
la Mujer A.C.) en Oaxaca.
|
Registra LIMEDDH 22 desapariciones forzadas en Oaxaca
Publicado por fortino el
Lunes, 30 agosto 2010
Fortino TORRENTERA
O.
Oaxaca. México. De 1996 a la fecha, en Oaxaca se han registrado 22
presuntas desapariciones de manera forzada, más otras siete no denunciadas,
confirmó la Liga Mexicana para la Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh).
Al conmemorarse hoy el Día
Internacional del detenido-desaparecido, Isaac Torres Carmona, responsable
jurídico de esa organización, lamentó que hasta el momento que no haya voluntad
de los gobiernos estatal y federal para esclarecer estas desapariciones
forzadas.
Llamó
Limeddh a que la sociedad reclame un alto a la represión.
Esta situación,
dijo, pone en riesgo la paz social no sólo de Oaxaca sino también en otros
estados donde el paramilitarismo se ha ido
generalizando como una práctica recurrente del estado.
Durante
una conferencia de prensa, Emelia y Adriana García, primas de las hermanas
Daniela y Virginia Ortiz Ramírez, recordaron que soy se cumplen tres años 56
días de que ambas mujeres triquis fueron desaparecidas por la violencia
política que se vive en esa región y de las cuales no se sabe nada.
Asimismo,
Margarita Cruz Sánchez, hermana de Gabriel Cruz, llamó a las víctimas de
la represión, a sumarse a la campaña nacional contra la desaparición forzada y
exigir la presentación con vida de sus familiares.
Por su
parte, Juan Sosa Maldonado, señaló que en la región Loxicha, lejos de mejorar
las condiciones sociales tras la aparición del EPR en la zona, se ha diseminado
la aparición de grupos paramilitares.
De los
22 desaparecidos, reportó el jurídico de la Limeddh, 15 de estas ocurrieron
durante el sexenio de Diódoro Carrasco y siete en la presenta administración.
No
obstante, existen otros tantos casos de personas desaparecidas como los
indígenas triquis Victoriano de Jesús y Nicolás Velásquez, que no fueron
denunciadas.
Por
ello, llamaron a la sociedad para exigir la presentación con vida de estos
luchadores sociales y detener estas prácticas oscuras que mantiene el gobierno.
Al
preguntarles sobre un posible acercamiento con el nuevo gobierno, confiaron en
que puedan esclarecerse casos, aunque dijeron su apuesta es por el movimiento
social.
Denuncian 22 desapariciones
forzadas en Oaxaca
Organizaciones
indígenas indican que ninguno de los casos ha sido aclarado por las autoridades
estatales o federales
En el marco del Día Nacional Contra Desaparecidos,
representantes de organizaciones indígenas y de derechos humanos denunciaron
este lunes en Oaxaca la desaparición forzada de al menos 22 personas en los
últimos 14 años en la entidad, de las cuales ninguna ha sido aclarada por las
autoridades estatales o federales.
En conferencia de prensa, Juan Sosa Maldonado, representante
de la Organización de Pueblos Indígenas Zapotecos (OPIZ), de la región Loxicha,
en compañía de Emelia Ortiz Ramírez, hermana de las desaparecidas Daniela y
Virginia e integrantes del Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT), así como
del asesor jurídico de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos
(Limeddh), Isaac Torres, acusaron al Estado Mexicano de emprender una
"guerra sucia" en todo el país.
Sosa Maldonado precisó que de 1996 a la fecha, tan sólo en
la región de Loxicha, se han documentado 15 casos de desapariciones forzadas,
práctica desdeñable que se recrudeció en los últimos dos años de la
administración del ex gobernador Diódoro Carrasco Altamirano, "sin
descartar que los grupos paramilitares que fueron entrenados en esa época sigan
operando", dijo.
En tanto, Hermelinda Ortiz indicó que a tres años y 56 días
de la desaparición de sus hermanas, las autoridades no ha hecho nada por
esclarecer este caso, por lo que denunció la complicidad que existe entre el
gobierno federal y estatal para seguir permitiendo la desaparición de personas
con fines políticos.
Por su parte, Margarita Cruz Sánchez, hermana del eperrista
Gabriel Cruz Sánchez, desaparecido en mayo de 2007, acusó al gobierno local de
constantes acosos en contra de los familiares de los desaparecidos, quienes
exigen justicia.
"Al estado le conviene que no haya gente que piense en
el bienestar del pueblo", apuntó.
Por último, Cruz Sánchez descartó mantener comunicación con
el grupo insurgente, en relación a la reciente advertencia que lanzó el EPR al
gobierno federal de romper el diálogo y reanudar la ofensiva militar: "Yo
no puedo opinar porque no tenemos contacto con ellos, y lo que dijeron no
estamos enterados", señaló.
ONG demandan presentar con vida a
desaparecidos
La indígena triqui Emelia Ortiz, prima de las
hermanas Daniela y Virginia Ortiz Ramírez, de 14 y 24, respectivamente,
solicita a la procuraduría de Oaxaca agilizar las investigaciones para saber de
ellas.
Oaxaca | Lunes 30 de agosto de 2010
Olga Rosario Avendaño/corresponsal | El Universal14:11.
En el marco del Día Internacional del detenido desaparecido,
organizaciones defensoras de derechos humanos exigieron a los gobiernos federal
y estatal presentar con vida al menos a nueve personas, entre ellas dos
indígenas triquis, y a los dos militantes del Ejército Popular Revolucionario
(EPR), de quienes se ignora su paradero desde el año 2007.
La indígena triqui Emelia Ortiz, prima de las hermanas Daniela y
Virginia Ortiz Ramírez, de 14 y 24 años de edad, respectivamente, desaparecidas
el día 5 de julio del 2007, solicitó a la Procuraduría General de Justicia
agilizar las investigaciones para saber de ellas.
"Lo último que supimos de ellas es que las vieron vendadas de
ojos y atadas de las manos en una camioneta que pasaba por Juxtlahuaca".
Las dos hermanas fueron detenidas cuando transitaban en un camino
que conduce a su población de San Juan Copala, en la zona triqui, a unos 300
kilómetros al poniente de esta capital, donde diversos grupos sociales se
disputan el poder municipal y a donde acudía una caravana humanitaria el 27 de
abril, misma que fue emboscada con saldo de dos personas de muertas, el
finlandés Jiry Jakkola y la mexicana Beatriz Cariño.
Ortiz explicó que por los problemas intermunicipales que existen
en aquella comunidad, también están desaparecidos los indígenas Victoriano de
Jesús, desde 1999, y Nicolás Velásquez Martínez, en agosto de 2006, ambos
presuntamente por negarse a pertenecer a las diversas organizaciones sociales
que se disputan el poder en aquella población.
Las organizaciones que mantienen pugnas por el poder intermunicipal
son el Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT), el Movimiento Unificador
de Lucha Triqui Independiente (MULTI) y la Unidad de Bienestar Social de la
Región Triqui (UBISORT).
Margarita Cruz Sánchez exigió la presentación con vida de su
Gabriel Alberto y Edmundo Reyes Amaya, los dos acusados de pertenecer a las
filas del EPR y que fueron desaparecidos desde el 25 de mayo del 2007, sin que
hasta el momento sepan su paradero.
Exigen
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Exigen organizaciones presentación con vida de 9 detenidos
desaparecidos
* En el marco del Día Internacional del detenido desaparecido,
organizaciones defensoras de derechos humanos exigieron a los gobiernos federal
y estatal presentar con vida al menos a nueve personas…
Olga Rosario Avendaño
Oaxaca de Juárez, Oaxaca | En el marco del Día Internacional del
detenido desaparecido, organizaciones defensoras de derechos humanos exigieron
a los gobiernos federal y estatal presentar con vida al menos a nueve personas,
entre ellas dos indígenas triquis, y a los dos militantes del Ejército Popular
Revolucionario (EPR), de quienes se ignora su paradero desde el año 2007.
La indígena triqui Emelia Ortiz, prima de las hermanas Daniela y
Virginia Ortiz Ramírez, de 14 y 24 años de edad, respectivamente, desaparecidas
el día 5 de julio del 2007, solicitó a la Procuraduría General de Justicia
agilizar las investigaciones para saber de ellas.
“Lo último que supimos de ellas es que las vieron vendadas de
ojos y atadas de las manos en una camioneta que pasaba por Juxtlahuaca”.
Las dos hermanas fueron detenidas cuando transitaban en un
camino que conduce a su población de San Juan Copala, en la zona triqui, a unos
300 kilómetros al poniente de esta capital, donde diversos grupos sociales se
disputan el poder municipal y a donde acudía una caravana humanitaria el 27 de
abril, misma que fue emboscada con saldo de dos personas de muertas, el
finlandés Jiry Jakkola y la mexicana Beatriz Cariño.
Ortiz explicó que por los problemas intermunicipales que existen
en aquella comunidad, también están desaparecidos los indígenas Victoriano de
Jesús, desde 1999, y Nicolás Velásquez Martínez, en agosto de 2006, ambos
presuntamente por negarse a pertenecer a las diversas organizaciones sociales
que se disputan el poder en aquella población.
Las organizaciones que mantienen pugnas por el poder
intermunicipal son el Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT), el
Movimiento Unificador de Lucha Triqui Independiente (MULTI) y la Unidad de
Bienestar Social de la Región Triqui (UBISORT).
Margarita Cruz Sánchez exigió la presentación con vida de su
Gabriel Alberto y Edmundo Reyes Amaya, los dos acusados de pertenecer a las
filas del EPR y que fueron desaparecidos desde el 25 de mayo del 2007, sin que
hasta el momento sepan su paradero.
MULT
llama al diálogo por la paz de los triquis
OAXACA, Oax.-La integrante del Movimiento Unificador de Lucha
Triqui (MULT), Emelia Ortiz García, dijo que el diálogo entre el MULT, MULTI y
la Ubisort, las tres organizaciones que se disputan el control del territorio,
sería un gran paso para evitar más muertes de triquis en San Juan Copala.
La activista recordó que en el municipio de
Copala la violencia data de varios años, pero se agudizó en 2006 cuando sus
habitantes fueron desalojados, asesinados y las mujeres violadas, sin que hasta
la fecha se conozcan a los responsables.
Lo anterior, abundó, se agudizó cuando una disidencia del MULT se
separó para formar el Movimiento Unificador de Lucha Triqui Independiente
(MULTI): “Se respeta su método de lucha, pero no es lo que dan a conocer a la
luz pública: son ellos los que asesinan, violan, instalan cercos y actúan de
forma violenta”, apuntó Ortiz García.
Explicó que desde la unión del MULTI y Ubisort, los derechos de
decenas de ciudadanos integrantes del MULT fueron violentados, pues fueron
acosados y perseguidos con el fin de que abandonaran la población.
“Quieren culpar al MULT de todo lo que pasa, pero nosotros siempre
hemos sido gente pacífica. A los del MULTI les decimos que si tienen
diferencias que se sienten a dialogar; la mesa del diálogo está abierta por parte
de nuestra organización, porque dicen que sí, pero luego no se presentan, tal y
como sucedió con el reciente llamado del Padre Uvi, donde tampoco se
presentaron”, sostuvo.
viernes, 10 de diciembre de 2010
RECHAZA IXTLI XOCHITL PREMIO "DERECHOS HUMANOS" EN UNA
MUESTRA DE COHERENCIA Y ACTITUD HUMANA
Para
conmemorar 62 años de la declaración del Día Internacional de los Derechos
Humanos, se realizó una sesión solemne en el recinto legislativo de San
Raymundo Jalpan, la cual fue abandonada por la fracción priistas, por no
existir condiciones de respeto.
Y
es que a la sesión se presentaron organizaciones civiles que exigían con gritos
juicio a lo que llaman violaciones cometidas por Ulises Ruiz, además que
manifestaron su inconformidad por invitar a tribuna al padre Francisco Wilfrido
Mayrén Peláez, mejor conocido como el padre UVI ya que dijeron que dicha acción
violenta al estado laico.
En
la misma sesión se hizo entrega a diversas organizaciones que luchan por el
cumplimiento a los derechos humanos, y a los periodistas Pedro Matías e Ixtli
Xóchitl Martínez, quien rechazó el premio en protesta a los pocos avances que
existen en relación a los crímenes de la zona triqui.
La
reportera pidió a los medios de información no manipular la información y
exigir que el estado cumpla con su obligación de asegurar las garantías
individuales, aquí dijo, llueven aplausos pero en la zona triqui llueven balas.
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